¿Por que has escogido este personaje?
Escogí a Stefan porque siempre me ha gustado su manera de pensar, desde sus momentos siendo romántico, cuidadoso y contenido hasta su actitud de "rebelde" que no piensa más que en satisfacer sus propias necesidades. Me siento capaz de captar su esencia, de tomar los dos extremos y representarlo muy bien. No es mi primera vez con este personaje, y siempre me ha gustado llevarlo.
¿Cómo definirías al personaje psicologicamente?
Muchos ven a Stefan como alguien bipolar, como si hubiera dos personas totalmente distintas dentro de el. Está ese Stefan romántico, dedicado, que se preocupa por los demás antes que por el mismo, el que se refrena porque no quiere hacerle daño a nadie prorque se considera a si mismo como un monstruo. Es ese Stefan enamoradizo que es el sueño de amor eterno de toda adolescente. Pero por otra parte está ese Stefan cuyos sentimientos son casi nulos, aquel lado desenfrenado de el que muy pocas personas han tenido la oportunidad de ver. El sediento, descontrolado, rebelde y sarcástico Stefan Salvatore. Es como si su vida se encontrara dividida en dos etapas: antes y después de la sangre humana. El es los dos, el romántico y rebelde, el solitario y divertido. Es más un caos interno que una persona bipolar.
-Explica esta situación. Si hace falta utiliza diálogos con algunos de los personajes de la serie. Stefan se une a Klaus con tal de salvar a su hermano, Damon.
Había salido como alma que lleva el diablo de la mansión Salvatore, sabía exactamente a quien recurrir. No podía soportar ver a Damon así, muriendo. Puede que durante toda mi vida no haya aguantado a mi hermano, que haya querido en más de una ocasión mandarlo a volar, esta era una clara indicación de que no sería capaz de dejarlo morir. Ahora estaba camino al departamento de Alaric, más bien el apartamento de Klaus, en busca de aquel vampiro original... Más bien en busca de una cura que pudiese salvar a mi hermano de la muerte por la mordida de un hombre lobo.
Abrí la puerta y entré como si fuera mi casa, para encontrarme a una Katherine muy molesta, renegando por aquí y por allá. Si, no habíamos matado a Klaus, eso estaba más que claro ¿no?
En cuanto entró el vampiro a la habitación, junto con Elijah, más conocido para nosotros como "el traidor" le comuniqué que necesitaba su ayuda. Lo que sea que necesites tendrá que esperar un poco. Me respondió, y quise golpearlo como nunca había querido golpear a nadie en mi vida. Resulta que tengo que resolver un asunto con mí hermano. Requiere de mi atención inmediata. Pasó por mi lado, casi pude sentir sus brazos golpeando mi hombro, sin embargo evitó todo contacto conmigo y lo agradecí. Sentiría repugnancia de ser tocado por ese asqueroso ser.
Entiendes la importancia de la familia, si no, no estarías aquí. ¿Familia? Si, en parte entendía las palabras de Elijah. Todo esto, desde el comienzo, había sido por su familia. Sin embargo no me importaba, Elena había estado a punto de morir hace unas horas por culpa de su hermano y sus delirios de grandeza. No me importa lo que deba hacer para reunirme con la mía. Klaus apareció de un momento a otro, con una estaca en la mano. Elijah se volteó para encontrarse con su sádica mirada.
Así será. Dijo antes de enterrarla directo en su corazón. ¿Familia? En verdad Elijah nos había transformado por hacer un trato con Klaus... Y ahora estaba ahí, su piel adhiriéndose a sus huesos, quebrándose como porcelana. Klaus lo dejó caer a sus pies.
Y entonces, fue por mi. Fue más un borrón, lo único que sentí fueron sus manos alrededor de mi cuello y después la pared de piedra estrellándose contra mi espalda. Ahora... ¿Que voy a hacer contigo? No abrí la boca, tan solo le dediqué mi peor mirada. No se merecía menos. Klaus me producía repugnancia, el único motivo por el que estaba aquí era por mi hermano, salvar a mi hermano incluso aunque me costase la vida era lo único que tenía en mente.
Estaba en silencio total, esperando a que el vampiro decidiera algo. Lo siguiente que sentí fue una estaca de madera en perforando mi carne, el ardor se esparció por todo mi cuerpo y aunque intenté contenerme para no quejarme, fue casi imposible. Katherine estaba ahí, sin hacer absolutamente nada, mirándome. No la culpaba, no tenía porque arriesgar su cuello por el mío. ¿Lo sientes? Se está acercando a tu corazón... Un pequeño movimiento y estás muerto. Podía escuchar la determinación en su voz. Algo en mi interior me gritaba que debía estar muriendo del miedo, pero así como el estaba determinado a matarme, yo estaba determinado a encontrar una cura para mi hermano así la vida se me fuera en ello.
Katherine se acercó, tomando varias inspiraciones. No sabía porqué lo hacía, no sabía porque intentaba defenderme, en su singular manera, claro está. Solo está intentando ayudar a su hermano. Dijo a mi favor, no estaba muy seguro de que eso fuese a causar algún efecto en el vampiro original.
Dijeron que tienes una cura... respondí entre jadeos, mi voz sonaba contenida y ahogada. No sabía de donde sacaba las fuerzas para hablar, cuando a duras penas el aire estaba entrando por mis pulmones. Hagamos un trato... Solo, dame la cura y haré lo que quieras. Sabía que negociar con Klaus sería difícil, venía preparado para ello. Sin embargo, estaba alargando mi dolor más de lo necesario, ni siquiera se había detenido a escucharme antes de intentar matarme.Me miró fijamente y después sacó la estaca, sin ningún tipo de delicadeza.
Caí al suelo, porque mis piernas no resistían más mi peso. No lo resistirían por mucho tiempo si desperdiciaba las pocas fuerzas que me quedaban en mantenerme de pie. No sé si me sirvas para algo de la forma que eres ahora. Podía escuchar la sangre fluir dentro de un vaso, escuchaba a Damon hacer eso todo el maldito tiempo en casa. Contuve la respiración, concentrándome en mis propias heridas. Alguna vez escuché sobre este vampiro, siempre aquí y allá, intentando negarse así mismo. Una vez se aceptaba... Era magnifico. Empezó a narrar, con detalles, sobre mi experiencia con la sangre humana en 1917. ¿Te suena familiar? Preguntó, con cinismo destilando de su voz. Quise vomitar en sus pies, porque me daba asco recordar aquella época.
He estado fuera de ese camino durante un largo tiempo. Respondí. Negándome a hacer un trato con el si algo como eso tenía que ver, pero no podía negarme. Ahí estaba el problema.
Bueno, pues ese es el tipo de vampiro con el que haría un trato. Fue su única respuesta. Se acercó a mi. El dolor había menguado por lo que me puse de pie, sintiendo que mis energías volvían a mi cuerpo. Necesitaría alimentarme después de esto. Ese, es el tipo de talento que puedo usar. Añadió. Ese tipo de talento... Claro, lo único que quería era un perrito faldero. En cuanto a la cura... Katerina, ¿podrías venir? Katherine se acercó lentamente, dudando de el. Cualquier lo haría, de nuevo me encontraba en la posición de entenderla. Entonces, unió su mano con la suya y enterró sus dientes en la piel de su muñeca. Ella empezó a gritar, un leve grito ahogado.
Klaus era un hombre lobo, de una u otra manera, su veneno tenía el mismo poder que el de un lobo normal. La piel de Katherine empezó a arder, la herida se veía espantosa. Entonces, con sus propios dientes abrió su muñeca... El era la cura. En cuanto la hizo tragar, la herida desapareció. ¿Quieres una cura? Ahí está. Habló sobre que había que amar a la madre naturaleza. La madre naturaleza era una... desgraciada. ¿Como es que ponía la cura en la sangre del maldito vampiro más sádico y codicioso en la faz de la tierra?
Todo fue un borrón en mi mente. Había sangre en un vaso, después muchos litros de sangre donada. Bebí a más no poder, bebí hasta que sentí que estallaría, bebí como nunca había bebido en mi vida y... quería más.
Katherine me miraba, no sabía si decepcionada, confusa, asqueada o feliz, me daba igual. Lo único en lo que podía pensar era en que ya me había torturado suficiente, ya podíamos dejar todo aquí ¿verdad? Klaus se la estaba pasando en grande, como un niño en una juguetería. Lo estás disfrutando. No dije nada, no admitiría en voz alta que la sangre humana que controlaba.
No más. No hasta que me des la cura. Si iba a tratarme como su mascota de circo mientras Damon estaba muriendo, estaba muy equivocado. No iba a seguir entreteniendolo mientras mi hermano agonizaba. No hasta que hagamos un trato, es tu elección Stefan. Puedes quedarte aquí, viviendo en Mystic Falls... O abrazarte a lo que realmente eres. Vivir tu vida conmigo... Y salvar la vida de tu hermano. Me ofreció otra bolsa de sangre, lo tomé entre mis manos y lo bebí. Ese es el espíritu.
La sangre es mi éxtasis. La sangre es mi perdición y en ese momento quise matar a Katherine por haberme convertido en esto, un cuerpo sediento, con ganas de asesinar de... de hacer lo que estaba haciendo. Sangre. Sangre. El pensamiento rodaba por mi mente como las gotas se deslizaban a través de mi garganta, dándome vida, dándome poder. Pero por sobre todo, dándome ganas de más.
Pude ver a Klaus acercándose a Katherine... Cariño, llévale esto a Damon y no vuelvas. Pude percibir la ilusión en la voz de Katherine al preguntar si en verdad quería que se fuera, Klaus le dijo que si y ella... Simplemente desapareció. Nunca se lo llevará. Fue lo único que atiné a decir. Katherine salió por esa puerta. Y entonces, supe que todo estaba perdido.
-Quedó algo kilometrico, pero espero que te guste-
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